Evitar la sobregeneralización

Se tiende a presentar a los jóvenes y a los mayores como grupos homogéneos. Sin embargo, las experiencias vitales y las capacidades intrínsecas sólo están parcialmente correlacionadas con la edad. Es importante que la comunicación refleje esta heterogeneidad, las historias de vida y las realidades de los distintos grupos de edad.

Evitar eufemismos

El lenguaje debe demostrar una comprensión sensible de la situación de la persona sin ser compasivo, estereotipado o paternalista. Utilizar un lenguaje objetivo y no centrarse únicamente en la edad o los estereotipos.

Ejemplo: evita decir «joven pobre» y prueba con «un hombre joven que es pobre».

Evitar la exclusión

La exclusión de un grupo puede tener consecuencias negativas, ya que introduce fronteras imaginarias y reduce la percepción de que los jóvenes y los mayores merecen ser incluidos plenamente en la sociedad.

Elige bien tus imágenes

Los esfuerzos de comunicación dirigidos a los jóvenes suelen utilizar imágenes que los retratan como personas orientadas a la tecnología y centradas en las redes sociales. Sin embargo, esta imagen puede no ser representativa de todos los jóvenes y no refleja la diversidad de este grupo de edad.